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Lo bacán de la buena música es eso, su capacidad de llevarte donde sea. De subirte y bajarte. Es de las cosas más estimulantes y profundas. Y creo que alguna vez se lo he dicho a alguien: es brígido pensar que en la naturaleza existe una forma de estímulo tan efectiva. y tan bonita.
El problema que tengo con la música triste es la misma que tengo con el escribir. Que me deja en estados demasiado pensativos, de los que no puedo o no quiero salir. Pero me deja con una sensación de vacío casi desesperante. Por eso no escribo cuando estoy triste, como lo hacen todos los lloronesssss, e incluso trato de no pintar ni dibujar. Es que es casi superstición recordar después que eso lo hice estando triste. Que trae o invoca tristeza. desesperante. igual que yo en este momento!
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